DOS BARRIOS
Creo que dos de los barrios que más me gustan de Madrid son Lavapies y Chueca, cada uno de ellos por motivos distintos.
Lavapies es la mezcla, el pequeño bollywood en Madrid, es cruzarse con gentes de cien razas y religiones es bajar por sus calles desde Tirso de Molina y encontrar una sucesión de carnicerías Hamal, colmados regidos por paquistaníes, fruterias latinas, pequeños negocios de bisutería llevados por franceses-saludos Virginie-, castizas tascas madrileñas y extraños restaurantes Africanos. Lavapies es el abandono por parte del ayuntamiento, son sus pequeñas azoteas de 20 metros cuadrados habitadas en plan comuna por 10 ó mas personas, son sus niños de todos los colores y gritando en todos los idiomas a la salida del cole, es la zona anarco de Madrid, con sus carteles siempre proponiendo un modelo de sociedad alternativo, y anunciando conciertos de grupos punk, es su ingente cantidad de restaurantes hindúes pegados literalmente puerta con puerta mientras los camareros te invitan a entrar en ellos, es la calle con mas terrazas de todo Madrid y para todos los gustos la nunca bien ponderada calle Argumosa. Lavapies es un barrio donde no deja de circular la policía, ya sea la local o la nacional y donde ciertos vecinos intentan ocultarse al paso de los coches patrullas. Son sus calles con sus esquinas que huelen a orín, con cartones amontonados fuera del contenedor de papel, son sus garitos de grupos alternativos, desde las feministas radicales hasta los ocupas, son sus mezquitas en semisotanos insalubres y sus locales donde tomar una copa y asistir a un concierto de rock en su sótano en forma de cueva.
Chueca es el reverso de la moneda, un barrio que podría haber caído en la degradación, se convirtió en un barrio refugio de perseguidos, que comenzaron a comprar casas, a poner negocios, un barrio que moría de vejez, rejuveneció, se lleno de sitios cool, un barrio donde nadie se siente perseguido sea cual sea su orientación sexual, un barrio lleno de pequeños y coquetos bares, donde tomarse una copa tranquilamente charlando, un barrio con alguna de las mejores tiendas de delicatesem que conozco. Un barrio que dentro de poco celebrará sus más locas fiestas y donde iremos a disfrutar de sus carreras de camarer@s en tacones y a beber mojitos en vasos de plástico de litro. Son calles limpias, que el ayuntamiento cuida con esmero, ahora esta peatonalizando Fuencarral. En las cuales te cruzas con chicos muy guapos cogidos de la mano, ellas incluso aquí son menos visibles, victimas de la moda de los gimnasios, vestidos a la ultima mientras acuden a la inauguración del ultimo local de moda, o a la presentación de un poemario. Es un barrio donde están los locales que actualmente sirven los mejores Gin Tonic de Madrid en la calle la Reina, las tiendas mas modernas eso si en competencia con el vecino Malasaña, donde los sex-shop son jugueterías intimas y los restaurantes son regentados por famosos.
Por cosas como esta me encanta Madrid.
Lavapies es la mezcla, el pequeño bollywood en Madrid, es cruzarse con gentes de cien razas y religiones es bajar por sus calles desde Tirso de Molina y encontrar una sucesión de carnicerías Hamal, colmados regidos por paquistaníes, fruterias latinas, pequeños negocios de bisutería llevados por franceses-saludos Virginie-, castizas tascas madrileñas y extraños restaurantes Africanos. Lavapies es el abandono por parte del ayuntamiento, son sus pequeñas azoteas de 20 metros cuadrados habitadas en plan comuna por 10 ó mas personas, son sus niños de todos los colores y gritando en todos los idiomas a la salida del cole, es la zona anarco de Madrid, con sus carteles siempre proponiendo un modelo de sociedad alternativo, y anunciando conciertos de grupos punk, es su ingente cantidad de restaurantes hindúes pegados literalmente puerta con puerta mientras los camareros te invitan a entrar en ellos, es la calle con mas terrazas de todo Madrid y para todos los gustos la nunca bien ponderada calle Argumosa. Lavapies es un barrio donde no deja de circular la policía, ya sea la local o la nacional y donde ciertos vecinos intentan ocultarse al paso de los coches patrullas. Son sus calles con sus esquinas que huelen a orín, con cartones amontonados fuera del contenedor de papel, son sus garitos de grupos alternativos, desde las feministas radicales hasta los ocupas, son sus mezquitas en semisotanos insalubres y sus locales donde tomar una copa y asistir a un concierto de rock en su sótano en forma de cueva.
Chueca es el reverso de la moneda, un barrio que podría haber caído en la degradación, se convirtió en un barrio refugio de perseguidos, que comenzaron a comprar casas, a poner negocios, un barrio que moría de vejez, rejuveneció, se lleno de sitios cool, un barrio donde nadie se siente perseguido sea cual sea su orientación sexual, un barrio lleno de pequeños y coquetos bares, donde tomarse una copa tranquilamente charlando, un barrio con alguna de las mejores tiendas de delicatesem que conozco. Un barrio que dentro de poco celebrará sus más locas fiestas y donde iremos a disfrutar de sus carreras de camarer@s en tacones y a beber mojitos en vasos de plástico de litro. Son calles limpias, que el ayuntamiento cuida con esmero, ahora esta peatonalizando Fuencarral. En las cuales te cruzas con chicos muy guapos cogidos de la mano, ellas incluso aquí son menos visibles, victimas de la moda de los gimnasios, vestidos a la ultima mientras acuden a la inauguración del ultimo local de moda, o a la presentación de un poemario. Es un barrio donde están los locales que actualmente sirven los mejores Gin Tonic de Madrid en la calle la Reina, las tiendas mas modernas eso si en competencia con el vecino Malasaña, donde los sex-shop son jugueterías intimas y los restaurantes son regentados por famosos.
Por cosas como esta me encanta Madrid.
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Gracias por estar ahí