PARQUES


Como ocurre casi siempre las conversaciones que mas me gustan, son aquellas que van fluyendo por si mismas, que no salen forzadas si no de forma natural, ante un buen café y una copa de un buen ron. Esto que parece sencillo, no siempre ocurre hay veces que las conversaciones mueren antes de nacer, otras veces no acaban de florecer y alguna que otra vez parecen que prometen pero al final se quedan en nada.

Pero hay algunas que partiendo de nimiedades, de cosas intrascendentes van tomando cuerpo y creciendo y sacando a relucir las opiniones, fobias conscientes e inconcientes, reparos y gustos de los interlocutores y por lo menos a mi me dejan un gran sabor de boca.

Estábamos charlando tranquilamente sobre lo bonito que esta el parque de nuestro barrio, es un parque reciente al que aun le quedan unos años para alcanzar su madurez, con zonas infantiles y otras deportivas, con rosales y lirios, con árboles que no dan mucha sombra, con zonas para tomar el sol y otras con mesas y bancas, con pocas zonas de césped como debe ser en una zona con un clima tan seco como es Madrid puede ser y sobre todo con dos bonitos lagos. En estos lagos, hay claro las inevitables carpas, Galápagos, liebres, ranas y patos, hay patos comunes, anades reales, malvasia, y otros que no conozco, hay patos grandes y patos pequeños. Pero en esta época lo que hay es una verdadera eclosión de patitos que simpáticamente siguen a su madre allá donde esta va.

Conversábamos sobre lo simpáticos que son, y sobre su numero, que si son siete u ocho patitos, aunque notábamos extrañados que su numero había disminuido en la ultima semana, pese a que mucha gente les pone pan y les da de comer, a lo que mi hermana contesto que sabía que los niños se divertían tirándoles piedras hasta matarlos a ellos y a su madre. Lo peor no es que los niños, crueles por naturaleza apedreasen a los patos, lo peor y realmente denunciable es que ninguna adulto a su alrededor se lo reconviniese ya fuese pro que no tenían valor o no les pareciese mal lo que hacina los niños .

Todos estuvimos de acuerdo en que es un problema de educación, de ciudadanía y de “civilidad” valga el palabro y propusimos que una posible solución, pudiera ser como en Inglaterra y los Estados unidos, donde en todos los parque hay carteles que prohíben molestar y dar de comer a los animales salvajes, cartel que sirve para todos los animales salvo para las ardillas de central park que inteligentemente son ellas las que bajan a pedirte la comida, y es aquí donde la conversación entró en un terreno brillante, y donde los cuatro comensales nos dividimos entre los que sostenían que no se podía pensar que la ciudadanía española llegase a ser tan cívica nunca como la ciudadanía anglosajona y los que pensaban que la ciudadanía española no tenia ninguna tara para llegar a ser tan cívica como puede ser la inglesa y lo que tenía que hacer es encontrar su propia forma de llegar a esos niveles, donde los niños no tirasen piedras a los patos pero también manteniendo que ningún loco pudiese ira una armería comprar una pistola y cargarse a sus excompañeros de trabajo.

Comentarios

charada2 ha dicho que…
He puesto, pongo y pondré mis piedrecitas en ese camino en pos de la educación cívica de nuestros jóvenes, pero no nos engañemos,nuestra sociedad está enferma en ese sentido, pero las otras, las que admiramos, lo están en otros tan graves como el nuestro. Así que tranquilo...

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