RECUERDOS


La entrada al monte Nemrut, en la frontera, turco-siria-iraquí es un precioso valle rebosante de vida, recorrido por un río de montaña. Allí nos encontramos con uno de los últimos pueblos nómadas de la zona y mientras montaban sus tiendas nos permitieron compartir unos minutos con ellos. Llevaban lo imprescindible con ellos, nada de lujos, quizás las alfombras que servían de piso a sus tiendas. Proseguimos nuestro camino a la cumbre y poco después al cruzar un pequeño pueblo la carretera estaba bloqueada ¿Motivo? Una boda, Una jovencísima y preciosa novia estaba rodeada de todos sus familiares, amigos y niños del pueblo. Nos unimos a la fiesta. La gente bailaba en círculo alrededor de la novia que no paraba de sonreír, mientras cantaban y daban palmas, el padrino tiraba al aire dulces y billetes que los niños entre risas se apresuraban a recoger, tras una sorbo de raquis y un brindis por la novia nos despedimos mientras la fiesta proseguía.

Sadeek, es un hombre alto, delgado, siempre con su sombreo de paja y vestido con una amplia camisa y un pantalón blanco. Trabajaba para los ferrocarriles marroquíes, pero lo dejo para dedicarse a su pasión. Sadeek, es un artista, es calígrafo y doy fe que es un genio, hace verdaderas obras de arte con las letras del alfabeto árabe. Tiene una serie dedicada a las suras del coran que son una delicia. No hace falta comprender lo que allí esta escrito para percibir la belleza, la delicadeza de cada uno de los trazos. Cuando le conocimos estaba investigando con el color. En esos días estaban en su casa sus sobrinos, hijos de su hermana. Haciendo gala de su hospitalidad, nos invitaron a la misma para la cena, cous-cous de pollo que imitando a nuestros anfitriones comimos con las manos. Los sobrinos de Sadeek, Anas y Mounsef son jóvenes, altos y guapos, Mounsef el mayor tiene una novia turca y al igual que su tío tiene alma de artista. Estudia violín árabe en el conservatorio. Después de cenar, y sentados en comodísimos cojines tirados por el suelo, asistimos a un concierto protagonizado por el tio y los sobrinos, Sadeek cantaba, mas bien susurraba hermosísimas canciones, mientras que Mounsef y Anas, le seguían con el violín y el derbake. Cuando no quisimos dar cuenta, el almuédano estaba llamando a la primera oración de la mañana.


Estamos en casa de la Tia Cone, en Arlingtown estado de Virginia, el barrio es el típico de las películas, casas de 2 ó 3 plantas, separadas por jardines y profusamente arbolado, muchos jardines lucen carteles de advertencia, “propiedad privada el dueño puede disparar sin previo aviso”, bajamos andando al centro comercial, distante mas o menos 1,5 KM, somos los únicos peatones, en el camino nos cruzamos con los presos del condado, que están haciendo trabajos forzados, limpiando las veredas del camino, llevan los pies atados con una cadena y un mono naranja, en la espalda las letras COUNTY JAIL. Ricky el novio de Cone, es un buen tipo, en los cincuenta, divorciado, amante del rock de los 60 y 70, amable y simpático. Es o fue oficial de la marina, ahora trabaja para el nuevo superministerio creado por G.W.Bush el “Homeland Security”, nos enseña orgulloso su oficina, desde aquí se ve el pentágono, el monumento a Jefferson y claro el monumento a Washington. Mas tarde mientras nos da un paseo en coche enseñándonos los alrededores de la capital federal, nos cuenta que de pequeño iba con su padre a pescar al río Potomac. Terminamos la tarde comiendo unas ricas pizzas en Georgetown.

El Bosque, es un pequeño pueblo situado justo a la entrada de la sierra de Grazalema, Cádiz, es un parque natural que cuenta con dos peculiaridades que le hacen único, es el lugar de España donde mas llueve, y es el único lugar del mundo donde aun existen pinsapos, unos pinos que directamente viene de la noche de los tiempos. Hemos alquilado un coche y los cuatro amigos, nos dedicamos a recorrer y conocer la comarca. En Ubrique son fiestas, al caer la noche se hacen fogatas por las calles y los jóvenes y niños, traen unas hierbas cortadas de los campos que rodean el pueblo. Las tiran al fuego, al instante las hierbas comienzan a silbar, y al poco saltan haciendo ruidos como de petardos. La noche se llena de sonidos ensordecedores provocados por unos simples matojos. Al día siguiente seguimos visitando los pueblos de la zona, preciosos, paramos en uno de ellos a comer, el camarero nos lee las raciones disponibles, entre ellas, carne con “zarza”, preguntamos si la zarza es alguna especia local. No, nos contesta el camarero, zarza para mojar el pan. Riquísima la carne y la “zarza”.


Hoy, celebramos que es el día de la diversidad cultural.

Comentarios

charada2 ha dicho que…
Sin la diversidad solamente queda una estúpida uniformidad que se hace incomprensible si ya traspasa las fronteras y se convierte en imitación del pensamiento ajeno. Conste que todos pecamos de ello, pero para evitarlo un poquiito al menos, nada como viajar y ver, que hay tanto y tanto para ver que no nos darían los días. Debería estar estipulado en el currículum educativo. Uno uno puede aprobar su educaciçon básica sin conocer algo, un mini - algo de mundo para poder comparar y dejar de sentirse el maldito ombligo del mundo... que hay pa`jartarse.
JCM_MAD ha dicho que…
Siemppre que sea para bien, y no para volver reforzado con la idea de que mi pequeño mundo es ideal y ahi fuera hace mucho frio, pues bien jajajaja

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