TANGO
Hay una frase que dice que sabes que eres adulto cuando de todo han pasado ya 20 años. Así me siento yo últimamente y no solo porque todo sucedió hace ya un montón de años, sino que si me proyecto 20 años adelante, seré un hombre ya a un paso de la vejez. No es que mi importe, me importaría mucho mas no llegar pero digamos que estamos llegando a un punto donde empezamos a tener mas historia que futuro.
Y me diréis los fieles lectores de esta bitácora, si es que existen, a que viene la parrafada anterior, y no lo se muy bien, pero hoy al comprar el periódico, me he fijado en la fecha y resulta que es 23 de febrero, ya ¿y…? , pues que me ha venido a la memoria los acontecimientos acontecidos tal día como hoy hace la friolera de 29 años. Por aquel entonces yo tenía 17 años y caminaba hacia mi mayoría de edad que se celebraría en un par de meses. Salíamos de una dictadura, la movida estaba en plena explosión, no eras nadie si por lo menos no habías estado una vez en el mítico rockola, Cessepe y Ouka Lele eran nuestros iconos y , Madriz o Gratix nuestras lecturas de cabeceras. Radio 3 y su Diario Pop la cita ineludible nocturna para estar a la última en novedades musicales. En las calles se empezaban a ver Punkis, mods, ska’s, nuevos románticos, los siempre presentes rockers y Madrid, mi ciudad, se desperezaba y se ponía guapa empezando perder la patina grisácea que la había cubierto durante 40 años a manos del viejo profesor.
Por otro lado en el parlamento, se estaba realizando la votación de investidura como presidente de Leopoldo Calvo Sotelo. Yo volvía a casa después del instituto, en el autobús, sentado como siempre en la ultima fila de asientos, el resto del autobús pertenecía a los otros pasajeros, pero las dos ultimas filas de asientos eran y siguen siendo por lo que veo el reino de los estudiantes, pensando en que luego tenia que ir al gimnasio o en alguna de las chicas de la clase o vaya usted a saber en que, de fondo se oía como transcurría la votación, algún otro pasajero tenia puesto una radio, así cuando el presidente de la cámara nombraba un diputado este con un simple Si o No, daba su apoyo o lo negaba al que sería o no el nuevo presidente.
Baje del autobús y llegue a casa, exagero si digo que hay 300 metros de la parada de autobús a casa de mis padres, pero cuando abrí la puerta y entre, toda la realidad había cambiado. En la tele, un guardia civil, que parecía el jefe mandaba callar a los diputados, diciéndoles que estaba a la espera de la autoridad, militar por supuesto que se haría cargo del gobierno, mientras que otros guardias estaban esparcidos por el hemiciclo guardando escaleras y entradas. Los diputados todos, salvo honrosas excepciones, Gutierrez Mellado, Fraga, Adolfo Suárez, estaban ocultos bajo sus asientos.
Las horas pasan, llegan noticias de Valencia, de Burgos, los golpistas dejan salir a las diputadas que se encontraban embarazadas, mi madre pese a mis quejas me prohíbe ir al gimnasio. Tu no pasas por delante del cuartel, me dice. Por entonces en mi barrio estaba acantonado el RAC N 11 perteneciente a la Brigada Acorazada Brunete, de siempre la unidad más poderosa del ejército español, y aun no se sabía si iba a ser leal o se uniría a los golpistas.
Llego la noche, imágenes de tanques circulando por las calles de valencia, El congreso rodeado por la policía y el gobierno en funciones, el de los subsecretarios, que así se llamo por tener todos sus miembros este rango, realizando sus funciones desde el vecino hotel Palace. Una noche larga, pegados a la radio, quizás la primera vez que falte a mi cita con Radio3.
A la mañana siguiente todo había terminado. Compre a duras penas el periódico, todas las cabeceras estaban agotadas y me dirigí a clase. Teníamos Literatura a primera hora pero, no hablamos de Fernando de Rojas, no de Rinconete y Cortadillo, discutimos y hablamos sobre lo que acababa de pasar, leímos y comentamos las editoriales y artículos de opinión del periódico que yo había llevado.
No, no estoy en nada de acuerdo con el tango, 20 años son muchos, releyendo lo que acabo de escribir me parece a mi mismo que no solo aconteció en otro país, sino que son sucesos de hace 200 años y creo que encima es verdad
Y me diréis los fieles lectores de esta bitácora, si es que existen, a que viene la parrafada anterior, y no lo se muy bien, pero hoy al comprar el periódico, me he fijado en la fecha y resulta que es 23 de febrero, ya ¿y…? , pues que me ha venido a la memoria los acontecimientos acontecidos tal día como hoy hace la friolera de 29 años. Por aquel entonces yo tenía 17 años y caminaba hacia mi mayoría de edad que se celebraría en un par de meses. Salíamos de una dictadura, la movida estaba en plena explosión, no eras nadie si por lo menos no habías estado una vez en el mítico rockola, Cessepe y Ouka Lele eran nuestros iconos y , Madriz o Gratix nuestras lecturas de cabeceras. Radio 3 y su Diario Pop la cita ineludible nocturna para estar a la última en novedades musicales. En las calles se empezaban a ver Punkis, mods, ska’s, nuevos románticos, los siempre presentes rockers y Madrid, mi ciudad, se desperezaba y se ponía guapa empezando perder la patina grisácea que la había cubierto durante 40 años a manos del viejo profesor.
Por otro lado en el parlamento, se estaba realizando la votación de investidura como presidente de Leopoldo Calvo Sotelo. Yo volvía a casa después del instituto, en el autobús, sentado como siempre en la ultima fila de asientos, el resto del autobús pertenecía a los otros pasajeros, pero las dos ultimas filas de asientos eran y siguen siendo por lo que veo el reino de los estudiantes, pensando en que luego tenia que ir al gimnasio o en alguna de las chicas de la clase o vaya usted a saber en que, de fondo se oía como transcurría la votación, algún otro pasajero tenia puesto una radio, así cuando el presidente de la cámara nombraba un diputado este con un simple Si o No, daba su apoyo o lo negaba al que sería o no el nuevo presidente.
Baje del autobús y llegue a casa, exagero si digo que hay 300 metros de la parada de autobús a casa de mis padres, pero cuando abrí la puerta y entre, toda la realidad había cambiado. En la tele, un guardia civil, que parecía el jefe mandaba callar a los diputados, diciéndoles que estaba a la espera de la autoridad, militar por supuesto que se haría cargo del gobierno, mientras que otros guardias estaban esparcidos por el hemiciclo guardando escaleras y entradas. Los diputados todos, salvo honrosas excepciones, Gutierrez Mellado, Fraga, Adolfo Suárez, estaban ocultos bajo sus asientos.
Las horas pasan, llegan noticias de Valencia, de Burgos, los golpistas dejan salir a las diputadas que se encontraban embarazadas, mi madre pese a mis quejas me prohíbe ir al gimnasio. Tu no pasas por delante del cuartel, me dice. Por entonces en mi barrio estaba acantonado el RAC N 11 perteneciente a la Brigada Acorazada Brunete, de siempre la unidad más poderosa del ejército español, y aun no se sabía si iba a ser leal o se uniría a los golpistas.
Llego la noche, imágenes de tanques circulando por las calles de valencia, El congreso rodeado por la policía y el gobierno en funciones, el de los subsecretarios, que así se llamo por tener todos sus miembros este rango, realizando sus funciones desde el vecino hotel Palace. Una noche larga, pegados a la radio, quizás la primera vez que falte a mi cita con Radio3.
A la mañana siguiente todo había terminado. Compre a duras penas el periódico, todas las cabeceras estaban agotadas y me dirigí a clase. Teníamos Literatura a primera hora pero, no hablamos de Fernando de Rojas, no de Rinconete y Cortadillo, discutimos y hablamos sobre lo que acababa de pasar, leímos y comentamos las editoriales y artículos de opinión del periódico que yo había llevado.
No, no estoy en nada de acuerdo con el tango, 20 años son muchos, releyendo lo que acabo de escribir me parece a mi mismo que no solo aconteció en otro país, sino que son sucesos de hace 200 años y creo que encima es verdad
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