JORNADAS

Como seguro que habéis notado, el blog esta si no abandonado si un poco en perfil bajo.

He tenido un pico de trabajo y no he podido atenderlo como es debido. Tampoco es que sea tanto trabajo pero si antes éramos 5 personas ahora con la crisis somos 2 y con las vacaciones. Así que un par de incidencias, un descuadre de 900 € y un par de cosillas mas pues claro imposible tener un ratillo libre.

Si a esto añadimos que ahora y hasta el 15 de septiembre estoy saliendo a las 14:30 todos los días, tengo jornada intensiva, pues hace que el trabajo se acumule y no me de tiempo a escribir estas tonterías.

Es curioso como las empresas por lo menos en este país siguen ancladas en la cultura de la presencia mas que en la cultura de la racionalidad. Es increíble como aún se agarran a que la gente este en su puesto de trabajo horas y horas aunque solo sea para figurar.

Así, cunado tenemos la jornada de trabajo de 8,5 Horas diarias mas la hora de la comida, todos somos conscientes de que las 2 ultimas el rendimiento de la gente decae un montón. Que a partir de cierto momento, generalmente a la vuelta de la comida el cerebro se niega a seguir ocupándose de programas, de incidencias, de descuadres y prefiere liberarse y hacer otra cosa, y no solo el cerebro nuestra propia predisposición para hacer algo útil va disminuyendo según se va acercando la hora de salida, el cansancio nos vence y si podemos intentamos dejar las cosas para terminarlas el día siguiente por la mañana.

Sin embargo, cuando tenemos la jornada reducida solo 6,5 horas, no te da tiempo a cansarte, cuando empiezas a cansarte es la hora de salir. Como eres consciente de que no hay más jornada de trabajo, que no hay una segunda parte, intentas cerrar la mayor cantidad de temas posibles, el cerebro no se fatiga ni embota y aporta soluciones imaginativas durante toda la jornada.

Además claro de ganar en calidad de vida, no es lo mismo salir a las siete de la mañana de casa sabiendo que no volverás hasta las siete de la tarde que saber que a las 3 de la tarde estarás en casa, ganas horas para estar con la familia, para ir al gimnasio, para estudiar algo, o ver a los amigos, ósea para hacer lo que te apetezca o desees o no hacer nada, pero eres dueño de tu tiempo. Sin embargo con la jornada de 8,5 horas sales del trabajo ya cansado y fatigado, normalmente de noche, es invierno y lo único que deseas es llegar a casa y meterte en la cama.

Yo por lo menos siento que con la jornada partida me roban el día.