TRANQUILIDAD

Ha sido un fin de semana de lo mas tranquilo, A. con mucho trabajo preparando su viaje a una ciudad del norte de España y yo tranquilo, descansando que tampoco viene mal, el estarán finde relajado y tranquilo.

Al llegar a casa el viernes, empecé a vaciar la cocina de trastos, ya que la íbamos a limpiarla ese mismo viernes. Parece mentira la cantidad de botes, potecitos, botellas, botellitas, y demás cosas que se acumulan en la cocina, parece increíble incluso que lleguen a entrar pero así es. Y que grande es la cocina cuando se queda vacía. Tras un buen trabajo por parte de D., la mujer que nos ayuda una vez a la semana con las tareas domesticas, la cocina quedo limpia, azulejos, suelo, encimera, todo estaba reluciente. Tras la marcha de ‘D’, decidí dejar el volver a colocar todos los cacharros para el sábado por la mañana, y me ayudo mucho en esa decisión la llamada de A. diciéndome que me esperaba en el cine. Allí fuimos, a uno de los centros comerciales del barrio que tiene cine, que aunque parezca mentira y mucha gente a nuestro alrededor se admire, nosotros también vemos cine comercial. Queríamos ver la una española, Pa Negre, se llama, pero no llegamos a la sesión, así que sacamos entradas para la siguiente sesión para ver el Cisne Negro, con Natalie Portman. Aprovechando que teníamos tiempo de sobra, nos acercamos aun restaurante asiático que nos había recomendado mi hermana, pero nos defraudo un poco. Después de cenar entramos al cine, no debíamos ser más de 12 personas en la sala. ¿La película? Me gusto mucho, intensa, fuerte, con escenas realmente impactantes, pero mostrando yo creo que como pocas veces se ha visto, como cuando miramos y buscamos dentro de nosotros para realizar algo, podemos sacar esa parte de nosotros mismos que nos es totalmente desconocida o a la que creíamos muerta y enterrada. El trabajo de Natalie Portman , realmente impresionante. Una película realmente recomendable. Después del cine, nos fuimos a tomar una copa, a un pequeño local situado cerca del cine y que es uno de nuestros favoritos.

El sábado me levante medio temprano y mientras A. remoloneaba en la cama yo volví a colocar todos los cacharros de la cocina. La verdad es que hay que reconocer que no hay nada como una cocina limpia. Ese sábado mi hermana nos había invitado a comer, así que allí nos fuimos, nos encontramos con mis padres. Mi hermana había cocinado una fabada que realmente le quedo exquisita. Debo reconocer que en cuanto a platos de cuchara mi hermana me da 100 vueltas, esta claro quién ha heredado el talento en la cocina de mi madre, tras una agradable sobremesa, nos fuimos a casa e invitamos a mis padres, a ver el partido de fútbol, Así que allí estuvimos tomando unas cervezas, mientras veíamos como el Madrid se deshacía sin problemas de un inocente Hercules de Alicante. Según pasaron las horas A. se fue sintiendo fatal, y acabo agarrada al baño, no comentare mas de este tema.

El domingo amaneció nublado, y A. tenia un día de duro trabajo, los únicos momentos que pasamos juntos fueron, el desayuno y la comida, ella se tiro todo el domingo en la habitación pequeña trabajando y yo estuve leyendo el periódico en el salón. A eso de las 7:30 de la tarde, A. me pidió que le acompañase a su oficina pues tenia que recoger unos informes y unos papeles que le hacían falta para el curso que debe impartir hoy. Nada mas llegar a su ofician, empezó a diluviar. Afortunadamente la visita fue corta, recoger los informes, imprimir un par de cosas y volver a casa. Mientras ella llamaba a su casa, yo prepare la cena, un poco de sopa y unos restos de ensalada que habían sobrado de la comida. Cenamos tranquilamente y mientras nos distraíamos un poco viendo la tele, llego la hora de acostarse.

Como veis un fin de semana de lo mas normal y tranquilo