FRASES IV




Andamos al principio del segundo decenio del siglo XIX. España ha pasado a ser una potencia de segundo orden, perdido su imperio colonial del que solo quedan Cuba, Puerto Rico, las Filipinas e islas del pacifico, y los enclaves africanos. El Rey que durante las invasiones napoleónicas se había ganado el sobrenombre del Deseado y que al ascender de nuevo al trono había jurado gobernar según los principios de la constitución de 1812, es ahora un monarca despótico y retrogrado. Tan despótico y tiránico que había despreciado esa misma constitución y reinaba de manera absolutista.

En esas eso estamos cuando el general Riego, que estaba al mando del ejercito que debía partir hacia America para someter a los rebeldes y devolver los territorios a la corona, se subleva y proclama la vigencia de la constitución de 1812. Poco a poco la asonada liberal va ganando adeptos y simpatías. Tanto éxito tuvo que el rey de nuevo se vio obligado a jurar y acatar la constitución. Así comenzó lo que se ha dado en llamar el trienio liberal.

Durante este tiempo, se sucedieron los gobiernos, se crearon partidos, facciones y grupúsculos, se crearon guerrillas de apoyo a gobierno absolutita del rey y el país se sumió en el caos y el desgobierno. Para empeorar las cosas, la hacienda real fue de mal en peor y el país estaba arruinado y endeudado.

El resto de Europa mira con preocupación este foco liberal y los integrantes de la Santa Alianza (Prusia, Austria y Rusia) con la unión de Francia deciden intervenir en apoyo del rey Borbón, al fin y al cabo familiar de alguno de ellos. Para ello forman un ejército y lo mandan para ocupar España. Este ejercito es conocido como “Los cien mil hijos de San Luis”. Tras entrar en la península y después de unas breves escaramuzas, el ejército ocupa España y mantiene a los liberales y al rey acorralados en la ciudad de Cádiz. Al contrario que unos años antes, la ciudad no resiste al invasor, y se rinde al poco. El rey es repuesto de nuevo en el trono y empieza a gobernar un periodo que será conocido como la década Ominosa.

El ejército en que se apoya el rey, es el ejército invasor, un ejército formado íntegramente por tropas francesas. Tropas que recordaban bien, el infierno que fue para Napoleón la invasión de España unos años antes y para evitar de nuevo tener que enfrentarse al pueblo, los jefes militares ordenaron que el ejercito se comportase de la forma mas escrupulosa posible y que siempre que saliesen a la calle fuesen impecablemente vestidos y arreglados, así como perfectamente peinados, perfumados y afeitados. Esto dio pie a una de las frases hechas mas utilizadas por las abuelas con respecto a sus nietos, y que la mía por no ser menos siempre me decía. La de ser mas bonito que un San Luis.

Por cierto y solo para acabar, el general riego fue fusilado en 1823 en la madrileñisima plaza de la cebada


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