MAREA VIOLETA


Ayer por la tarde fue un día de contrastes. Había quedado con A. a las siete y media para ir a la manifestación feminista, “la marea violeta” llamada así por que casi todas las mujeres que apoyan la marcha , y ayer eran miles, llevan una prenda, ya sea un pañuelo, un jersey, una cinta del pelo, una peluca de ese color. La manifestación iría de la plaza de Jacinto Benavente hasta la Glorieta de Carlos V, siguiendo la calle Atocha, calle protagonista de cientos de manifestaciones. Llegue allí y había cientos de mujeres ya, con pancartas reivindicando que no se toque el derecho al aborto, solicitando igualdad real en salarios y otras atacando a la iglesia católica y al ministro de justicia por sus ultimas y muy polémicas declaraciones.

Desde temprano empezaron los cánticos y consignas, algunas ya las reseñe en la entrada de ayer, podríamos decir que son las clásicas otras eran nuevas como “pilila violadora a la picadora” o “mariano, marianito te cuidas tu solito” esta ultima acabo de caer en la cara referencia a l nombre del presidente de gobierno y decenas mas. También había canciones muy conocidas, “maquillate “ de mecano o “a quien le importa” de Alaska adaptadas a la lucha de las mujeres.

La manifestación, se movía despacio, en un ambiente festivo, una batukada al comienzo de la manifestación y formada solo por mujeres se ocupaba de la parte sonora de la marcha, detrás de ella decenas de pancartas representando a otros tantos colectivos y redes feministas. A. como siempre en estas manifestaciones hizo que nos acercáramos a la zona de las manifestantes más ruidosas y bullangueras. Una hora después del inicio de la marcha, no habíamos recorrido ni 100 metros de calle. La gente se asomaba a los balcones de las casas, algunas personas se ponían a bailar. Otras más tímidas, se asomaban tras los visillos de sus casas.

Por fin llegamos a la zona de Antón Martín, Y vislumbramos el final de la calle Atocha iluminada por las luces azules de los furgones policiales. El ambiente seguía siendo bullanguero y festivo. En ese momento nos encontramos con B. una amiga italiana del grupo de consumo que también esta manifestándose. Comentamos un poco las palabras del ministro, pero es difícil seguir juntos más de 5 minutos. B, saluda a unas y otras, nosotros entramos en una tienda para comprar una botella de agua. La calle se ensancha y esto hace que marchemos con más fluidez, tanto que hasta se organizan “carreras feministas”, llegamos al final. La batucada sigue marcando el ritmo, estamos un rato mas viendo la bazucada, participando en los bailes. Tenemos hambre y decidimos dejar la manifestación, nos acercamos al brillante uno de los mas típicos bares de Madrid especialista en bocadillos. A. pide un pepito de ternera, yo uno de calamares. Mientras comemos y entre trago y trago de vino comentamos la manifestación y A. me cuenta novedades de su trabajo. Cuando salimos son cerca de las 12 de la noche y decidimos ir en taxi a casa.

Nos acercamos a la parada, y montamos en el taxi. Le damos la dirección, y el itinerario, seguimos charlando, el taxista, de los de palillo en la boca, tiene sintonizada íntereconomia, la cadena de la ultraderecha, podríamos pedirle que quite la radio, pero nos apetece escuchar un rato los comentarios. Al rato nos aburrimos y seguimos con nuestra charla. Al poco llegamos a nuestro destino. Nada mas bajar del taxi A. y yo nos reímos, mientras cruzamos la calle para dirigirnos a casa, nos cruzamos con un grupo de estudiantes extranjeros que salen de una franquicia recientemente abierta. See you later, bye, se dicen. Por fin llegamos a casa. Mientras el sueño me vence, en mi cerebro aún resuenan las frases de la mani…….

P.D. Lo que siempre me llama la atención es la poca cantidad de hombres que acuden a estas manifestaciones. Creo que seriamos el 10% de los asistentes. Señores tenemos que animarnos a participar más

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