TIO PEPE
¿Que conforma una
ciudad?¿Que la identifica? ¿Qué la hace única?¿Que la dota de una
identidad?.Bajo mi modesta opinión la respuesta esta clara, una ciudad se hace
identificable cuando los abuelos pueden llevar a sus nietos por las mismas
callejas en las que jugaban de pequeño e incluso se conservan algunos de los
comercios que entonces existían. Una ciudad tiene alma cuando, aunque pasen
generaciones sus monumentos más identificativos e ilustres que no tiene porque
gustarnos especialmente están en el mismo lugar, en buen estado. Cuando te
puedes tumbar en un parque debajo del mismo árbol en que lo hacías de joven.
Cuando los elementos vitales que conforman una plaza pasan a ser indisociables
de la misma plaza. Y no es verdad que todo tenga que tener centenares de años
para convertirse en parte indisociable de la ciudad. ¿Alguien se puede imaginar
la plaza de Callao sin el anuncio de Schweppes?. Quizás al principio puede que
los elementos no gusten, o no sean del agrado de todos, pero si se les da
tiempo acaban siendo parte de la urdimbre de la ciudad, pasan a ser parte del
imaginario colectivo, son adoptados por los ciudadanos y si tienen suerte pasan
al imaginario de los habitantes de la ciudad o incluso de gente de otros países
o ¿acaso podemos disociar Paris de la Torre Eiffel?
También hay
calles, travesías, avenidas, plazas de las ciudades que no solo son parte del
imaginario colectivo por la cantidad de monumentos y tiendas que posee que
también, sino por la carga social, emotiva e identificativa que
conlleva el lugar Pensemos en la Puerta del Sol, todos conocemos el Oso y el
Madroño, Doña Manolita, La Mallorquina, la Casa de Correos actual gobierno
regional, el Km ‘0’ la ya desaparecida librería San Martín. Una puerta del Sol
que tiene un lado oscuro con un pasado represivo y de dolor, ya que fue también
la Puerta del Sol, en la Casa de Correos, donde se encontraba ubicada la Dirección General
de Seguridad durante la dictadura franquista y es aquí donde jóvenes y no tan
jóvenes eran torturados y asesinados por el delito de oponerse al dictador. O
se suicidaban tirándose por los balcones atados de pies y manos como el joven
Enrique Ruano. Es curioso como el mismo edificio donde el siniestro comisario
Conesa cumplía su asqueroso cometido, tiene en su alma una carga festiva con su
famoso reloj dando las campanadas que nos invitan a comer las uvas y que
indican el cambio de año o emotiva nostálgica ya que no esta de mas recordar que fue desde el
balcón de correos donde se proclamo la II
Republica. Y claro ya son parte del imaginario colectivo los actos y
asambleas asociados al 15M, pero también la miríada de gente que en los años 30 acudía allí a
manifestar su adhesión a la malhada II Republica.
Y me diréis a que
viene tanto rollo. Todos recordáis, y si no deberíais, como en un lateral de la plaza, estaba uno de
sus monumentos mas identificativos y que bajo mi punto de vista conferían a la
plaza un cierto toque nostálgico que hacia que el todo el conjunto tuviese un
aire de otra época. Si, me estoy refiriendo al anuncio que había encima del
Hotel Paris, aquel que vendía “el sol de Andalucía embotellado” junto a un personaje que tenia un sombrero
cordobés, Si exacto era el anuncio del Tío Pepe. También recordamos como cuando la
multinacional de la manzana compro el edificio para restaurarlo y poner en el
una de sus pijatiendas, se desmonto -según nos dijeron- el anuncio con el fin
de limpiarlo, arreglar los neones fundidos y guardarlo en un lugar seguro
mientras se terminaban las obras. Pues bien, hoy un portavoz de la
multinacional ha anunciado que no tiene
pensando volver a poner el anuncio en su lugar original ni en ningún otro y si
esperan poner un neón es uno con su logo. Y así tenemos un anuncio que era
parte del alma de la ciudad, que resistió junto a ella los bombardeos de la
guerra civil, las reformas de la plaza en los 80 y que fue salvado por su
interés artístico y social de la ley que quito de fachadas y balcones
anuncios y neones, cae ahora bajo la
bota de la desidia y el desinterés municipal
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