LA PESADILLA I
I
Me despierto
sobresaltado, sudando, con miedo como
siempre en los últimos meses. Otra vez la pesadilla, la misma que ayer, que la
semana pasada, que el mes pasado. Mientras mi cerebro terminaba de desperezarse
y ordenarse permanezco tumbado en la cama, oyendo el sonido provocado por el
ventilador que cuelga del techo. Despacio, sin ganas abro los ojos, me fijo en las grandes aspas girando lentamente, como si
les costase romper el pegajoso aire de la noche. Miro el reloj, es madrugada. Me
siento en el borde de la cama, mientras permito que los sonidos de la noche lleguen
a mí. Sin encender la luz, a tientas, busco el vaso de agua que había dejado en
la mesilla al acostarme. Bebo el contenido de un trago. El agua esta caliente
pero alivia mi sed. El sudor al contacto con el aire nocturno se evapora
provocando que sienta frío en la pegajosa noche tropical. La luz de la luna
entra por la ventana abierta iluminando tenuemente el cuarto. Miro a mí
alrededor, es un cuarto de hotel barato,
con las paredes desconchadas, en la pared frente a la cama hay una silla de alto respaldo al lado de una
mesa de madera. Se que en la otra pared hay un espejo, aunque esta oculto por
mi chaqueta, no me gusta la imagen que de mi reflejan los espejos, por la
puerta que hay al lado del cabecero de la cama, me llega el sonido de una gota
que insistentemente e incansablemente
cae del grifo del lavabo
Me levanto y me
acerco a la ventana, buscando algo de fresco. Me asomo y veo la ciudad a mis
pies. Veo las luces que se extienden y conforman el tablero que es la ciudad.
La luminosidad no es uniforme. Un coche pasa por la calle, deprisa, imagino que
es de la policía secreta, ya que nadie más se atrevería a circular a estas
horas rompiendo el toque de queda.
Algunos barrios están a oscuras, puede que los rebeldes hayan volado otro
generador eléctrico. Como siempre, o por lo menos desde hace ya tantos años que
parece que es desde siempre se oyen disparos en alguna parte de la ciudad,
imagino que es en los cerros, pero no puedo asegurarlo. Pueden que sean de los rebeldes
o de los nuestros, quizás imagino puede que solo sea un atraco. Me rió de lo
absurdo de mi idea. Un atraco. ¿A quién? Ya nadie sale por la noche y los que lo
hacen van fuertemente armados. Además, nadie tiene ya dinero y sobre todo ganas
para salir Surgen nuevos disparos en otra zona de la ciudad como si fueran respuesta a los primeros.
Ahora si reconozco el lugar donde se han producido, es en la zona central de la ciudad, cerca del palacio
presidencial. Tan cerca y a la vez tan lejos.
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